En la diferencia está la clave

En un momento de tu vida que no podías, gastaste más de 50€, porque lo necesitabas, porque creías que no se repetiría la oportunidad, porque te haría ahorrar tiempo y/o dinero… 

¿Verdad? 

Ahora piensa en todo lo que compras, no es el objeto o el servicio en sí, sino el resultado que obtienes.

Si además revisas tu lista de la compra, siempre compras en los mismos sitios o buscas las mismas marcas.

¿Por qué?

El resultado y el mensaje

Ambos deben ir de la mano, si el resultado es lo que necesitas, pero el mensaje no conecta contigo, probablemente no compres.

Vamos a tu negocio

Analiza uno por uno, tus productos y servicios. ¿Qué vendes? ¿Cuál es el mensaje? 

Ponlo por escrito

Ahora… léelo y dime ¿lo comprarías? 

Te pongo un ejemplo, en una formación en la universidad, un equipo de nutricionistas tenían la idea que una solución reactiva a los alergenos, en la exposición me hablaron del tamaño, el precio y las características, mi respuesta fue: “Eso no me cabe en el bolso” y mi bolso es muy grande, porque tengo que llevar mi ordenador encima. Su réplica fue: “Esto te salva la vida”, y mi respuesta fue: “Si me salva la vida, le hago espacio en el bolso” 

¿Entendéis la diferencia?

Cuando pensamos en nuestros productos o servicios, lo hacemos en términos de características, no de resultados, así lo que hacemos es describirlo de acuerdo a tamaño, precio, funcionalidades… pero no planteando sus beneficios reales, por eso no obtenemos los resultados que esperamos.

Entonces… ¿Cómo saber cuál es el resultado? 

Haz una lluvia de ideas, escribe todas las características y resultados que se te ocurran. 

Empieza a eliminar hasta que solo te quedes con uno, ese que hará tu producto o servicio destaque. 

Ahora construye tu mensaje de tal forma que sea memorable e irresistible, cuando termines, vuelve a preguntarte ¿lo comprarías? 

Ahora que ya tienes claro, qué vendes reflexiona

Cuando compras agua en el aeropuerto sabes que la vas a pagar más cara que en el bar y cuando la compras en el bar, sabes que será más cara que en el súper
¿Con qué baremo pones el precio de tu producto?
Si te cuesta poner el precio, es porque no tienes claro cuál es el valor percibido o no estás utilizando el canal adecuado.
Si has hecho los ejercicios anteriores, ya deberías tener claro qué vendes (resultado, no producto o servicio) y deberías saber cuál es tu mensaje.
Debes reflexionar.
  • ¿Es un producto o servicio de masas? Entonces deberá tener un precio económico y estar en el “súper” (busca el marketplace de tu negocio)
  • ¿Es un producto que lleva asociada una experiencia? Entonces debe tener un precio medio y estar en el “bar” (busca cómo trasladar la experiencia de compra a tu cliente)
  • ¿Es un producto exclusivo? Entonces deberá tener un precio alto y estar en el aeropuerto (ofrece un servicio personalizado y busca el nicho que está dispuesto a pagar por esa especialización) 

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PD. Si tienes dudas en cómo hacer los ejercicios que te propongo, mi curso Empieza por aquí tiene todas las respuestas

 

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